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Actualidad

Contaminación y transmisión por el aire del SARS-CoV-2

El SARS-CoV-2 es un virus cuyo principal medio de transmisión se ha demostrado que es la vía aérea [Transmission of SARS-CoV-2: implications for infection prevention precautions]. Frente a una creencia inicial en la que se consideraba que la transmisión sin contacto directo se debía al contacto con superficies contaminadas, el consenso actual acepta ya la hipótesis del contagio a distancia por aerosoles como la más relevante. Este hecho debe guiar los principios de prevención y desinfección. Inicialmente la higiene se enfocó principalmente a la limpieza de superficies, lavado de manos, y mantenimiento de la distancia. Sin embargo a medida que se fue conociendo la dinámica de contagios se comprendió que este virus permanecía en el aire más tiempo del que se creía y que además viajaba en forma de aerosol, pudiendo contagiar a mayor distancia de la inicialmente considerada. Así pues el aire que respiramos se convirtió en la fuente del problema, lo que nos obligó a mejorar la ventilación de los espacios y al uso de mascarillas en interiores, todas estas medidas orientadas a la reducción de la carga vírica del aire que respiramos.

Ruta de contagio en un día normal; a) esquema simplificado de contagio por aerosol y contacto; b-g dibujos ejemplificando la exposición al virus en distintos ambientes. Referencia: https://pubs.acs.org/doi/pdf/10.1021/acsnano.0c04596

Así pues la reducción de la carga viral en los espacios cerrados que compartimos es fundamental para la convivencia y la recuperación de los hábitos sociales que disfrutábamos antes de la pandemia. La apertura de ventanas y circulación natural de aire es la solución más barata y eficaz, sin embargo no siempre es posible, bien por la situación climática, por la distribución de la estancia, o por el uso particular del edificio. 

El uso de filtros de aire permite limpiar el aire hasta cierto punto, no siendo factible el filtrado de virus del tamaño del SARS-CoV-2, de modo que su uso ayudaría a eliminar las gotículas y otros gérmenes, pero no resolvería por completo el problema. Ante esta situación el uso de luz germicida ultravioleta C (UVC) como proponemos en el proyecto COVILED, una fuente de radiación limpia y no contaminante, se presenta como un elemento innovador y diferenciador.

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