En 2019, la Organización Mundial de la Salud calificó el agotamiento de los empleados como una afección médica y señaló que su causa es el estrés crónico en el lugar de trabajo.
A nivel mundial, más de 322 millones de personas sufren de depresión, que afecta principalmente a adultos en edad laboral. Aproximadamente el 60% de la población mundial tiene algún tipo de empleo o actividad laboral y más de la mitad de nuestra vida consciente la pasamos en el lugar de trabajo. Un ambiente laboral adverso es un factor de riesgo demostrado para la depresión, siendo la principal causa de baja por enfermedad y pérdida de productividad en la mayoría de los países desarrollados. En este contexto, las empresas y organizaciones son cada vez más conscientes de que tienen una responsabilidad en la salud de sus empleados.
Si bien durante la actual pandemia los problemas de salud mental como la ansiedad, el estrés y la depresión se han acentuado, es una realidad que está presente en nuestra sociedad desde hace tiempo y que no ha dejado de crecer en los últimos años. Pese a que no hay datos oficiales sobre el deterioro psicológico de los trabajadores, no hay duda de que el COVID-19 está afectando al estado mental de los profesionales. El miedo al contagio, el aislamiento, la conectividad permanente y la crisis económica, son alguna de las causas que están agravando este importante problema de salud.
En este escenario la tecnología juega un papel crucial. Por un lado existe un riesgo más que patente de un uso abusivo de las tecnologías, principalmente motivado por el teletrabajo pero también porque en un contexto de restricciones a la movilidad y distanciamiento social, aumenta el ocio ligado al consumo de contenidos audiovisuales, videojuegos o redes sociales, en detrimento de actividades al aire libre, deportes o sencillamente interacción social.
Sin embargo la tecnología puede convertirse en un auténtico aliado para la gestión y especialmente en la prevención de este tipo de enfermedades. La posibilidad de detectar de manera temprana situaciones de riesgo o sencillamente ofrecer herramientas que aumenten la resilencia de los trabajadores, sin duda ayudará a paliar este importante problema de salud.
En INSATI llevamos años trabajando en esta campo, poniendo a disposición de grupos de investigación sanitarios especializados toda nuestra experiencia en el campo del MHealth, sistemas de soporte a la toma de decisión (DSS) o IoT en el diseño de nuevas soluciones. Entendemos que la mejor manera de abordar este importante problema de salud requiere de una aproximación holística, con una colaboración intensiva entre el sector tecnológico y médico.
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